A este mono le encanta la nata. Tal es así, que tras recoger el bote del suelo, pensó en acabárselo él solo y no compartirlo con nadie más. Ni tan siquiera con su hermana, que apoyándole la mano sobre su hombro le pidió el relevo, consiguiendo solamente el rechazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario